IA: el sentimiento de culpa.

IA: el sentimiento de culpa.

Si ahora lo que antes hacíamos en 3 horas, lo podemos hacer en 3 minutos, ¿nuestro trabajo vale lo mismo?

La respuesta es sí. E incluso puede llegar a valer más.

Hace unas semanas, ‘alguien de Anónima’ participaba en el tour de creativos del c de c impartiendo una masterclass acerca de un tema que ahora no viene al caso y que, a priori, nada tenía que ver con la Inteligencia Artificial. Sin embargo, como últimamente viene ocurriendo casi con todo, el tema de la Inteligencia Artificial surgió.

Concretamente en el turno de preguntas, una de las alumnas preguntó acerca de “los límites” de la IA. En un primer momento, no entendimos muy bien la pregunta. ¿Los límites? Pero, indagando, no tardamos en descubrir a lo que se refería: quería saber hasta qué punto era “ético” que la IA “hiciera el trabajo por nosotros”. La chica presentaba el típico síndrome del impostor, ese sentimiento de culpa del que sospecha que las cosas le han costado mucho menos esfuerzo del que se supone que le deberían haber costado. Y daba a entender que, por haber tardado menos y haber accedido a la solución de un modo –aparentemente– mucho más sencillo, su trabajo tenía menos valor porque, en definitiva, la IA lo había hecho por ella. La pregunta es: ¿lo había hecho?

Creo que todos estaremos de acuerdo en que la IA es una herramienta. Una máquina que se supone que puede “pensar”. Eso significa que, como cualquier otra herramienta, debe poder ayudarnos a hacer nuestra labor, pero no hacerla. Esto es como si un constructor se sintiera culpable porque sus trabajadores se sirven de una grúa para mover los materiales pesados, en lugar de transportarlos cargados a la espalda.

Quizá muchos no lo ven así porque la IA es aparentemente gratis –o te puedes suscribir a ella por un precio relativamente asequible– y una grúa requiere de una grandísima inversión. Pero la realidad es que la IA no es gratis. Hace 20 años pensábamos que las redes sociales también lo eran y resultó que el pago por ellas éramos nosotros (pero eso ya es otro tema).

No, la IA no es gratis. Y sí, la IA es una herramienta. Y como tal hay que saber utilizarla para hacer un trabajo mejor y más rápido. Y no todo el mundo la utilizará de la misma manera. Ahí es donde está el valor. De modo que no se trata tanto de tener “sentimiento de culpa” porque lo que antes hacíamos en 3 horas ahora podemos hacerlo en 3 minutos. Más bien de tenerlo, si no hacemos nada con las 2 horas y 57 minutos restantes.

En Anónima utilizamos la IA a diario en un sinfín de tareas, desde el proceso de investigación y documentación, la inspiración, búsqueda de insights y el proceso creativo, hasta la producción. Y nos encanta. Pero a la vez, también tenemos muy claro que la IA no hace nuestro trabajo. En todo caso nos permite hacer más y mejor.

En Anónima, gracias a la IA, disfrutamos del placer de hacer las cosas más rápido, para poder hacer más y mejor.

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